Convención Internacional Fukuoka 2016

99º CONVENCIÓN INTERNACIONAL DE FUKUOKA

VIAJE PREVIA

Como siempre hago, preparo un viaje previo a la Convención Internacional para animar la presencia de Leones Españoles. Este año nuestra delegación fue muy importante siendo 45 Leones y amigos los que atendieron este evento, de los cuales 39 hicieron el viaje previo. 

Salimos de España el 12 de junio todos juntos desde Madrid, vía Hong Kong, para llegar al medio día del día siguiente a Tokio. Ahí nos recibió nuestro agente Japonés que nos trasladó a nuestro hotel de 5 estrellas en una isla en frente de Tokio con una espectacular vista sobre la bahía de la ciudad, sobre todo del restaurante en la planta 30, donde podíamos desayunar con esta maravillosa vista. Por la tarde a descansar un rato, para luego acercarnos a un centro comercial para hacer algunas compritas y cenar.

Los dos días siguientes nos dedicamos a visitar la ciudad de Tokio, es una ciudad moderna, que se desarrolló a partir de mediados del siglo XIX, cuando fue designada capital de Japón. Queda casi nada de esa época, ya que la ciudad fue severamente bombardeada y por lo tanto destruida, durante la segunda guerra mundial, y las pocas cosas que hay, son reconstrucciones.

El primer día por la mañana fuimos primero a ver el palacio del emperador, pero lo único que se puede ver es la entrada con su puente que es un elemento simbólico de la ciudad. Por lo visto, solamente se puede entrar al palacio y sus jardines dos días del año, el día de año nuevo y el día del cumpleaños del emperador. Seguidamente nos acercamos al Templo budista más importante de Tokio, el Templo Asakusa, es un enorme edificio rodeado de edificaciones menores incluyendo una pagoda de 5 plantas. Luego paramos en una calle de la ciudad conocida por tener muchas tiendas de electrodomésticos y otras curiosidades, entre ellas y sin saberlo, algunos terminamos en un bar para tomar una cerveza y las camareras vestían como muñecas, te hacen toda clase de tonterías que supera el ridículo más absoluto, pero bueno……., nos reímos un motón.

Por la tarde fuimos al barrio de Ginza, famoso por tener las mejores tiendas de marca de la ciudad y finalmente nos acercamos a los Jardines de Odiaba, donde hay una reproducción de la Estatua de la Libertad que fue regalado por los franceses a la ciudad por la Expo del año 1964 (por si no lo saben la estatua de la libertad que hay en Nueva York, fue también regalada por los franceses, para el 100 aniversario de la independencia de EE UU).

El segundo día por la mañana, fuimos a la prefectura de Tokio (ayuntamiento), que es uno de los edificios más altos de la ciudad y subimos a su observatorio para ver una impresionante vista de la ciudad, con sus 13 millones de habitantes, no se podía ver donde terminaba la ciudad. Seguidamente, nos acercamos a una de las calles más populares de Tokio “El Camino Takeshita”, lugar muy frecuentado por los jóvenes, dónde hay muchas tiendas con productos para los Frikis, curioso ver un montón de jóvenes vestidos de una forma muy “particular”, muy de moda vestirse y pintarse como si fueran muñequitas o personajes de los dibujos animados.

Después de almorzar, vistamos el Santuario Meiji, de la religión sintoísta. Es el más venerado de la ciudad, está situado en el medio de un impresionante bosque en medio de la ciudad. Según nos explicaron esta religión no adoran figuras o dioses, sino a la naturaleza, los árboles, la tierra, el mar, etc. y a los difuntos. Este santuario está dedicado al Emperador Meiji Jingu, que fue el que sacó Japón de la época feudal y abrió el país a la modernidad. Finalmente fuimos a la Torre de Tokio, donde también subimos para tener otra perspectiva de esta inmensa ciudad.

El día 16 salimos temprano por la mañana visitar el Monte Fuji, el punto más alto de Japón, 3780 metros, y lugar muy venerado por los nipones. No tuvimos mucha suerte con el tiempo, ya que hacia nublado y lloviznaba un poco, pero tuvimos suerte en el lugar del observatorio a 2300 de altura, se abrió un claro y pudimos observar su magnificencia durante unos minutos. Desde ahí nos desplazamos a Hakone, conocido pueblo por sus spas de aguas termales, donde almorzamos y nos dimos un paseo en barco por el lago de Ashinoko, que está rodeado por un bellísimo bosque con una exuberante vegetación tiene una variedad de tonalidades verdes impresionantes, según nos comentó nuestro guía, hay más de 180 variedades de árboles.

Después del paseo en barco, visitamos una reconstrucción de un puesto de aduanas de la época de los samuráis, donde había recreaciones de la vida de estos personajes, realmente el sitio era precioso. Terminada la visita nos desplazamos a la ciudad de Odawara para coger el tren bala a Kioto, donde pernoctamos tres noches.

Los dos días siguientes lo pasamos en Kioto, que es la antigua capital imperial y la ciudad más histórica de Japón, teniendo 17 edificaciones consideradas Patrimonio de la Humanidad, además tuvo la suerte de no ser bombardeada durante la segunda guerra mundial. Por la mañana del primer día, fuimos a visitar el templo dorado, que es probablemente el más famoso de Japón, para que se han una idea en la última restauración se utilizó 20 kilos de oro en 200.000 hojas de 10 x 10 cms. No solamente se admira la belleza del templo, hay que contemplar su entorno tan bonito con su lago y vegetación, realmente un sitio idílico. Seguidamente fuimos a un templo sintoísta Fushimi Inari, uno de los más antiguos de Japón, fundado en el siglo VI. Como suelen ser, estos sitios son lugares hermosísimos, con unos jardines preciosos. Es famoso por sus miles de puertas rojas, los “torii” unos pegados a otros que crean unos túneles rojos sin fin, que van subiendo un monte hasta la cima.

Por la tarde nos acercamos a Nara, primera capital de Japón unificada, donde hay unos de los templos budistas más famosos y hermosos de Japón, Todaiji, ya que tiene la estatua de bronce más grande del país, pesa 380 toneladas, y fue fundada en el año 751. Pero creo que lo que más divierte, son los cientos de ciervos que deambulan por los jardines, no tienen miedo alguno. Uno puede comprar unas galletas, y ellos se vuelven locos para conseguir una y se producen situaciones muy cómicas, nos partíamos de risa al ver algunos compañeros agobiados por el “cariño” que mostraban estos animalitos. Finalmente volvimos a Kioto y algunos de nosotros fuimos al centro de la ciudad a pasearnos y terminamos en una calle muy estrecha, llena de bares y restaurantes típicos sobre un rio.

El día siguiente por la mañana, fuimos a ver el famoso templo de Kiyomizutera, que es conocido por su manantial y sobre todo un balcón de madera de 13 metros de altura donde se divisa una vista esplendida sobre la ciudad de Kioto. Como siempre rodeada de preciosos jardines y una calle de acceso llena de tiendas con productos artesanales y alimentos. Fuimos al centro de la ciudad para almorzar a un lugar curioso, decorado y servido por ninjas, la comida fue además muy buena. Después de almorzar nos paseamos por un mercado de alimentos, la variedad es enorme y desconocida para nosotros, es muy curioso ver la forma de presentar los productos de una forma muy atractiva y cuidadosa.

Por la tarde vimos un desfile de Kimonos y seguidamente al templo de Kodaji para asistir la ceremonia del té. Estuvimos todos sentados en una habitación, donde se nos explicó el proceso y el ritual de este importante acto para los Japoneses. También cerca del templo, visitamos una preciosa calle de casas típicas con tiendas con artesanías Japonesas. Por la noche tiempo libre, algunos volvimos al centro de la ciudad y nos subimos a una torre, para observar la vista de la ciudad, donde pudimos ver los diferentes lugares que habíamos visitado.

La mañana siguiente nos levantamos temprano para dirigirnos a Himenji, a visitar el castillo más famoso de Japón. Existen más de 100 castillos en este país, pero el más conocido y bonito, es este, además de ser de los pocos que conservan la estructura original, teniendo este castillo más de 400 años de antigüedad. Tuvimos suerte de verlo, porque ha estado cerrado durante 6 años, ya que lo estaban restaurando. Para llegar hasta la parte alta del castillo hay que subir más de 170 escalones, poco a poco iban desistiendo algunos compañeros, pero la mayoría llegamos arriba.

Aquí ocurrió la anécdota más graciosa del viaje. Como es un edificio antiguo, todo es en Madera y te obligan quitar los zapatos para hacer la visita, te dan una bolsa de plástico, metas los zapatos dentro y haces la visita con tu bolsita, pero al amigo Paco Lecuona, cuando llegó al final de la visita, se percató que la bolsita con los zapatos, se había evaporado. Total, inmediatamente recurrimos a un equipo de Ninjas, Gran Samurái del Castillo y a Paco Lobatón, para buscar los zapatitos del señor. Después de una muy complicada investigación, un análisis de ADN, y la imprescindible colaboración de la CIA, KGB y del MOSSAD aparecieron dichos elementos, pero a disgusto del señor Paco, los Ninjas no habían limpiado los zapatos como él esperaba. Como podrán entender, durante el resto del viaje la preocupación por los zapatitos del señor, fue constante.

Después de almorzar estupendamente en esta ciudad, fuimos a visitar el pueblo de Kurashiki, muy tradicional con un pequeño rio por medio. Está formado por una serie de casas tradicionales, y en los bajos había tiendas de artesanía, museos y cafeterías. Además tuvimos la posibilidad de pasearnos con un “rickshaw”, que es un carrito con dos ruedas grandes, tirado por un hombre. Alguno de nosotros nos dimos una vuelta por el pueblecito en este medio de transporte tradicional oriental.  Por la tarde nos dirigimos a Hiroshima donde pernoctamos.

La mañana siguiente fuimos a ver el famoso jardín de la paz, donde calló la primera bomba atómica que causó instantáneamente 120.000 muertes y a consecuencia de este explosión casi 300.000 personas han fallecido. Sobrevivió una edificación con una cúpula que fue una sala de explosión recién construida con materiales muy duros. El parque está rodeado por muchos monumentos conmemorativos, resaltando uno dedicado a la infancia, por una niña de diez años, que luchó contra la leucemia y finalmente murió recibiendo miles de cartas de apoyo de todo el mundo, fue un icono de lucha y esperanza. El monumento más importante es una llama permanente y un monumento de piedra que contiene 11 libros con los nombres de todos los fallecidos, dos de ellos están en blanco por desconocer sus nombre, pero lo realmente triste es que todos los años se abre este monumento para añadir los nombres a los libros de los que han fallecido a causa de las enfermedades causadas por la bomba en el último año.

Seguidamente nos fuimos a la isla de Miyajima, y su santuario sintoísta de Itsukushima. Es conocido por ser uno de los tres lugares más bellos de Japón, y puedo confirmar que así es. Después de un desplazamiento de unos 10 minutos en barco, se observa el “TORII”, más famoso de Japón que es una puerta enorme situada en el medio del mar, con el templo al fondo y una bellísima montaña con una vegetación muy intensa. Desembarcamos y dimos una vuelta para ver el templo. Terminada la visita, volvimos de la isla, para almorzar, y seguidamente tomar el tren bala a Fukuoka, sede de nuestra Convención Internacional.

Llegamos a esta ciudad tres días antes, ya que los gobernadores electos tienen su seminario, y el resto del grupo hicimos tres excursiones en esta región del sur de Japón, una de las cuatro islas mayores de Japón. El primer día nos dedicamos a ver Fukuoka y sus alrededores destacando el Santuario Dazaifu Tenmangu consagrado al calígrafo, erudito y poeta Sugawara Michizane, guardián del conocimiento, al mediodía fuimos al Cana City centro comercial y de ocio formado por edificios modernos, elegante y aerodinámicos para almorzar. Y por la tarde nos acercamos al Hakata Museo de Arte y Diseño Tradicional y Santuario Kushida que data del siglo VIII que alberga una de las carrozas del Festival Yamagasa. Curiosamente es tradicional crear en esta época del año, estas gigantescas estructuras (más de 10 metros de alto) llenas de colorido y personajes con aspecto diabólico. Pero lo divertido era ver en una película las procesiones de estas carrozas, la llevan como los costaleros de nuestra Semana Santa, pero vestidos como luchadores de sumo, peroooooooooooo……. En vez de ir despacito con buena letra, se dan unas carreras infernales por la calle, tiendo que coger las curvas a una velocidad diabólica, al final terminan todos hechos polvo.

La mañana siguiente salida hacia Beppu para visitar tres de los famosos Nueve Infiernos Hirvientes de Beppu. El suelo poroso de esta ciudad está salpicado de aberturas de las que brotan nubes de vapor, forman unas lagunas de unos colores muy vivos y curiosos, dependiendo de los minerales del subsuelo, y como siempre en Japón, rodeado por unos preciosos jardines. Esa noche organicé una cena para algunos que quieran probar una comida muy especial llamada Shabu-Shabu. Es un plato parecido a una fondú, pero se cocina la carne (cortado muy fino) en un especial de caldo de verdura, está buenísimo y los pasamos fenomenal.

El último día de la excursión cambiamos itinerario, ya que el pronóstico del tiempo no era muy favorable, y nos acercamos a uno de los 4 museos nacionales que tiene Japón el “Kyushu National Museum”, que es un espléndido edificio moderno, con toda clase de objetos históricos expuestos de una forma muy educativo. Por la tarde nos acercamos a un pueblecito típico lleno de canales, y nos dimos un paseo con las barcazas, casi como Venecia, incluso el barquero nos cantó canciones típicas del lugar, como curiosidad, pasamos por delante de la casa de los padres de la esposa de John Lennon, que era de ese lugar.

Luis Domínguez Calderón 
         Ex - Director Internacional 2009/11

Fecha del Correo  11/07/2016